El film de Eric Guirado no es un domingo en el campo porque es en realidad Le fils de l'epicier. Procedente de la television, director de documentales de tenderos, panaderos y fotógrafos ambulantes, muestra en este film costumbrista su buen hacer documentalista. El bucólico titulo del verano es porque un joven , durante el periodo estival, sustituye en la furgoneta ambulante a su padre enfermo y reparte ultramarinos por la bella región del sur de Francia. Belleza que aumenta cuando se suma al guión, Clotilde Hesme y que ayudara y mucho a que el joven Nicolas Cazale, conozca e incluso intime algo mas con los lugareños tan imprecisos en la cinematográfica luz del film como los personajes protagonistas. Un canto a la libertad de la tierra, a las raíces de los pueblos, al orgullo que sienten sus habitantes y la nobleza del campo, a la humildad que da gratuitamente la aridez del paisaje a veces.
Daniel Duval demuestra que la alegría esta en el campo, también los sueños y que se pueden cultivar los campos y las relaciones salvajes. Del verano francés, Rohmer nos había contado un cuento y también el cine francés, que tanto ama la campiña, nos hizo pasar uno en la Goulette. Ahora es Guirado quien nos transporta este paraíso cercano.
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