Me da rabia la
película de
Sebastian Cordero. No me creo su intriga, ni me inquieta su
atmósfera. Me parece
sórdida y reiterativa. Cuenta la historia de un hombre perseguido por la
policía,
que se oculta en la casa donde sirve su novia.
Allí sufrirá un grave proceso de deterioro
físico y
psicológico. Martina
Garcia, Gustavo
Sanchez Parra y Concha
Velasco interpretan algo que recordamos vagamente,
melodramático y
claustrofobico.
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