Simon West nos presenta a un duro
Jason Statham que
además de repartir
mamporros a destajo, escucha
música clásica en la intimidad. Todo para
relatarnos el contencioso entre un asesino a sueldo y su aprendiz admirador,
Ben Foster.
Remake sin carisma del violento
thriller de Charles
Bronson de 1972 que cuenta, algo es algo, con
Donald Shuterland.
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