Lo mas descatable de este remake de 1984 de Craig Brewer, es el cura puritano Dennis Quaid.Sin equilibrio entre el salto y el baile de los jovenes Kenny Wormald y Julianne HOugh, la historia exhibe de nuevo su anacronismo. Sucesion de energicas secuencias de bailes, jalonadas de dialogos melodramaticos que hace aparecer a Herbert Ross como un rebelde del swing.
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