En un caluroso día de verano en Oslo, los muertos despiertan misteriosamente, y tres familias se ven sumidas en el caos cuando sus seres queridos fallecidos vuelven a ellos. Es una película de terror, de muertos vivientes, sin sustos, sin escenas de impacto, de registro realista y con el efecto gore reducido a su mínima, casi invisible expresión. Una curiosidad nórdica
.Una película terroríficamente cautivadora.Un buen puñado de escenas para el recuerdo y, por supuesto, para la pesadilla, paradoja fundamental, ésta, del buen cine de terror.
Es una película, tan espeluznante como bella, que, sin moverse del drama, se alimenta del cine de terror para convertirse en una contundente exploración del duelo y de la culpa.