George Lucas ha agotado su filón. Sin nuevo argumento, sin hilo conductor, sin innovación, sin peculiaridades, sin la proyección infografica superada, esta clonacion absurda se resuelve en miles de batallas pesadisimas con aquellas en otro tiempo espadas fluorescentes, hoy lasers de feria.
Para exprimir la serie al modelo limón, ahora Lucas se imagina una historia situada cronológicamente entre El ataque de los clones y La venganza de los Sith que no Debian conocer la realidad digital. El genio, ya mayor, omite rodar con personajes reales y completa o rellena su saga con muñecos de artificio con los pretende, sino ya no aumentar su prestigio personal, si su fortuna, ahora superior a su ingenio. Aunque este lo demuestra riéndose de los incondicionales fans de la serie que todavía sobreviven entre tanto láser de colores.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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