Abel Garcia Roure, ejerce un documental de calidad. No en vano ha sido ayudante de dirección de Guerin y de Jorda. Un nivel de documental, que se revela para el tema tratado, de mucho mayor interés que un filme de ficción.
El día a día en el centro de salud mental de Sabadell a lo largo de varios meses y centrando la atención en un reducido numero de enfermos, entre ellos una mujer que se cree embrujada. También el caso de un hombre que se niega a efectuar el tratamiento, un Jack Nicholson llamado Javier, convencido de que sus crisis las provocan los medicamentos y seguramente con toda la razon. Entre todo algún gag sensacional en medio de la gravedad del asunto, como en la conversación entre el y el joven psicólogo cuando hablan de la ITV del cerebro.
Gran observacion de algunos casos psicoticos y fundamental para reflexionar sobre la delgada linea que separa la locura de la normalidad, No se ha podido evitar en el filme que los pacientes y doctores y cuidadores se supieran observados con lo que la misse en escene queda ligeramente falseada al no ser actores profesionales, pero es asumible por la importancia del contenido del documento. Prevalece sin embargo el realismo y la crueldad de unas imagenes algunas veces mas espontáneas que las de un cuerdo.
Logra su máxima fidelidad al ausentar del guión las grandes declaraciones elocuentes, la inoperante información medica o las referencias especificas a los enfermos. Todo es real. Psiquiatras atendiendo en consulta, reunión de doctores para comentar un caso, organizacion de camillas y camilleros, enfermeras en acción cotidiana,.... Una obra maestra del genero loco.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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