Tony Scott es el irregular hermano de Ridley. Los protagonistas vuelven a ser como en el film del 74 de Joseph Sargent: los tuneles del metro de NY. Solo que ahora el maquinista del conwoy tiene internet y la velocidad de comunicacion es impresionante con lo que el bueno, Denzel Whasington, el malo, John Travolta y el feo, John Turturro van mas rápido que la formula 1 y por tanto de culo. Decálogo moral sobre los códigos y valores de las buenas personas, no sobornos, si catolicismo que resbala como el aceite sobre la violenta acción y entorpecen como el pegamento a la posible intriga. Otro remake de diseño, que no hacia falta para nada, efectista y limitado al mismo tiempo, que obliga al buen cinéfilo a rebuscar en el videoclub o rezar al TCM.
Por un quitame allá este resfriado el pobre de James Grandolfini, casi emula a sus antecesores en el descubrimiento del pastel del guión ahora de Brian Helgeland que ya colaboro con Scott en A quemarropa con tanta o mas adrenalina por fotograma, Un Scott que dale que te pego con su estética sin sutilezas, con electrocutados visuales, con crispación ,planos teóricamente psicológicos. la cámara montada en unos caballitos o tiovivo y magnificando con el ordenador lo que la inteligencia narrativa no consigue.
A caballo entre el film de policías y el de desastres, la velocidad sobre los railes sin freno, hacen que la buena novela de John Godey. origen del film , se estrelle contra los topes del fin de trayecto, invalidando el secuestro tenso y modélico de unos de los vagones mas concurridos del metro (subway) para conseguir el rescate. La pregunta es, cuanto vale hoy en día el kg. de carne de neoyorquino?.
viernes, 24 de julio de 2009
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3 comentarios:
L'has "clavat"! Ahir la vaig veure.
Sort que s'hi estava fresquet... i algú va aprofitar per fer una bona migdiada.
moltes gracies. bolet cinefil
De res. Un plaer.
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