Porque el sonido, las pocas expresiones en versión original, recogidas por Vep Cullere, muestran excepcionalmente el quehacer diario de un pueblo y sobre todo sus silencios insultantemente expresivos. Una tierra habitada por alguien pero de nadie, que nos transporta como en una abstracción a una simpleza, limpieza y de forma directa con un mundo igual al que exploraban los pioneros a principios de siglo pasado. Libres y sin prejuicios.
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