Hirokazu Kore-
eda no es
Berlanga. Su muñeca
inchable no fabula con el esperpento, no critica la sociedad ni
flirtea con la soledad humana. Es la pureza personificada, mira la
poesía del mundo y es desaprovechada por un autor con talento
según filmografia, que ha devenido cursi. La voz en
off de la protagonista nos recuerda continuamente que es una muñeca destinada a satisfacer necesidades sexuales, pero que tiene un
corazón humano en un mundo
existencialista de
replicantes.
Sola en su habitación, después de una noche de sexo con su dueño, abre los ojos y cobra vida. Sale a descubrir la ciudad y en un videoclub se contrata como dependienta enamorándose de un compañero. Las heridas las desincharan como un colchón de playa. Menos de plástico son Bae Dun-ra, Arata, Itsuji Itao y Masaya Takahashi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario