Drama de
Daniel Burman que deriva hacia el esperpento. Como en El abrazo partido, Todas las azafatas van al cielo o Esperando al
mesías, los personajes se sobrepasan.
Aquí Graciela Borges y Antonio
Gasalla van haciendo mas estridentes sus composiciones para superar sus vidas
ínfimas, sus armarios particulares y la
complacencia del
guión. Viaje
inciatico de los dos hermanos hacia una vieja casa del
Uruguay al fallecer la madre de ambos que cuidaba el hombre. Maduros, solitarios y retorcidos, junto con Rita
Cortese y
Elena Lucena, dan titulo al
film. Poca profundidad cuando sobresalten demasiado la actuaciones.
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