Ni con el flautista de
Hamelin tocando eternamente sobre un
patín de
ratón y una flauta
mecánica muy original,
podría alargar
Mike Mitchell la
agonía argumental de nuestro
simpático y
bonachón ogro verde. Por eso tiene que echar mano del Gato con Botas (Antonio Banderas) para
consegir unos minutos mas de
espectáculo aunque pierda el duelo son otras sagas mas entretenidas.
La paternidad curiosamente, acaba con el héroe de las trompetillas en las orejas. Su permanente sonrisa, su cambiar pañales, su mantener la familia unida, diluye la acción y la aventura, el humor y el dinamismo digital en un mensaje bondadoso y ramplón. Una formula, que en su cuarta carrera, entra en el paddock para el desguace.
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