Fascinante emocionalmente este film de Naomi Kavase sobre la muerte y visualmente sobre el mundo de la joven pareja protagonista, Nijiro Murakami y Jun Yoshinaga. Imagenes rotundas sobre como la muerte es un principio y como la familia y los amigos despiden a una mujer moribunda cantando y bailando a su alrededor. En realidad narra la perdida de su madre adoptiva. Los ciclos vitales interpretados con todo el legado del cine japones en su camino hacia la edad adulta, también del cine, y con la coparticipación catalana del productor Luis Miñarro. Un joven descubre un cadáver en el mar y no lo quiere revelar ni a su compañera que a su vez vive el cancer de un familiar. A través de su contemplación viviremos un mundo con un mar y un viento que nos alimenta y si quiere nos destruye. Directora (El bosque de luto) dotada para combinar imagenes, se mueve en los exteriores de la isla de Amami Oshima, de donde proceden sus antepasados. Miyuki Masuda y Tetta Sugimoto ayudan con su interpretación a conseguir la espiritualidad y misticismo necesario para relacionarse con la naturaleza. Y a nosotros con este cine y a superar el dolor.
sábado, 11 de abril de 2015
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