Fantasiosa película libanesa de Amin Dora, blanda conformista y excesivamente amable. La tesis es que las masas, sobre todo las suyas, son manipulables, sin credibilidad, cuyo principal fin es mejorar su reducido entorno y cuyo motor suele ser la envidia y el parloteo. Con estas premisas tan poco estimulantes, plantea un guíon alrededor de un niño Dawm, hijo de músico y que apalea sus vecinos con sus cánticos y que rompera el modelo de familia feliz. Neorealismo libanes mágico que sirve para reproducir un tipo de condición humana. El mismo protagonista Georges Khabbaz es el guionista, al que acompañan Emmanuelle Khairallach y Camile Salameh. Dividida la critica ante esta proposición de hacer felices a los demás porque yo no lo fui y en la que cualquiera puede ver reminiscencias sicarianas, felinianas o el mas cercano geograficamente berlanganismo, suma en el mundo, una pieza más al desconocido cine libanes.
sábado, 1 de agosto de 2015
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