Una demostracion de que para el prentar el terror no hace falta dar portazos, aullidos y sombras, la tenemos en los primero minutos de la primera parte donde, se rueda la crueldad y desatino de miembros del ejercito aleman al abandonar los campos de concentracion del holocausto. De los pocos que consiguen escapar, esta un grupo de niños y una monitora que en su huida, encuentran un viejo caseron en ruinas que ocupan para recoferse, pero sin agua, beben de la lluvia, sin luz y obviamente sin gas y menos letal. Pero los peligros no acaban aqui. Es el sector victorioso del ejercito rojo, la mitad de ellos bebidos. la desesperacion se muestra en como rebañan las latas tiradas por el suelo. Y aqui, la segunda pelicula de Adrian Panek, toma otra deriva hacia el documental tipo"Elna". El punto de inflexion es la aparicion de media docena de perros lobo negros. que impiden las habituales salidas del grupo al bosque. Que son perros de presa, entrenados por la SS, es evidente. Lo que es ya mas fantastico es que sean SS transmutad. Funciona quiza como una proposicion de estudio psicologico pero ya no como estudio de los efectos del terror alegorico. De pèlicula espeluzante pasa a diario de unos niños abandonados. a pesar del esfuerzo de estos pequeños actores. Alguns son Kamil Polnisiak, Metielica Sonia, o Nicolas Przygoda y Danuka Stenka. Un film que no cumple al fin lo prometido en su planteamiento , pero se debe ver.
martes, 26 de mayo de 2020
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