A Gila lo fusilaron de verdad. PERO al aplicarle el tiro de gracia se lo saltaron y le perdonaron la vida. Quizá de esa otra ‘broma’ inesperada del destino surgió su sentido del humor y la profunda humanidad que tan bien refleja esta tragicomedia. Alexis Morante demuestra, con esta historia. que se acerca a la figura del inolvidable cómico, que el drama destaca más si lo miramos con el humor de esos hombres que andaban despacito. No sólo se erige como un sentido y respetuoso homenaje a su talento. Lo más destacable de esta película que provoca tanto sonrisas como amargura, es que se erige ante todo como un sensible alegato antibelicista
No hay comentarios:
Publicar un comentario