Mikel Ardanaz, en la Filmoteca de Navarra. (Iban Aguinaga)
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Después de una quincena de documentales, Mikel Ardanaz (Pamplona, 1964) decidió dar el salto a la ficción con Flores Silvestres, un largometraje que plasma las experiencias que vive un grupo de jóvenes de Mozanbique.La cinta narra varias historias que confluyen en una central protagonizada por Okellele, una joven que cuida de su madre enferma, interna en un hospital de Maputo, mientras trabaja en todo lo que le sale para pagar los medicamentos que no le costea el centro sanitario. Su amiga Luana le ayuda en todo lo que puede y, gracias a ella, la protagonista consigue un trabajo en una modesta compañía de teatro formada por tres universitarios que tienen previsto realizar una gira de tres semanas por poblados del norte del país, transmitiendo a través de los títeres la necesidad de adquirir conciencia frente a los abusos de una compañía que explota los cultivos para generar biocombustibles, provocando una severa sequía que dura ya años. Sin embargo, lo que aparentemente era una simple obra de teatro molestará a unos cuantos y el grupo sufrirá diversos avatares, llegando a ser agredidos violentamente por la policía de la zona. A la vez, en la ciudad, su amiga vive su propio calvario.
HISTORIAS PERSONALES "Se me ocurrió hacer una película que contara una historia general, pero también historias particulares", cuenta Ardanaz, que se decidió por Mozambique después de visitar Uganda y el Congo para realizar uno de sus documentales. "Allí conocí el campo de refugiados de Goma y vi cómo trabajaban las mujeres, que estaban solas porque los hombres habían muestro en la guerra". Además, la antigua colonia portuguesa "ahora está tranquila, está cerca de Sudáfrica, lo que nos tranquilizaba por si había algún problema con el equipo técnico, y tiene mucha tradición teatral". Precisamente, los intérpretes de la película, con Lucrecia Paco al frente del elenco, son actores teatrales con los que Ardanaz se entendió a la perfección. El rodaje tuvo lugar durante seis semanas en 2009 y todo el equipo de allí, una veintena de personas, "se comportó de una manera muy profesional".
En cuanto a los temas que aborda el filme, la corrupción de los políticos, los médicos y los policías llama mucho la atención y sus consecuencias llegan a ser terribles, pero el director navarro también quería apartarse de los tópicos que manejamos sobre África. "Siempre vemos lo que llega de allí como un problema global, pero no les vemos como personas que tienen sus sueños y buscan su autorrealización", y ese es, precisamente, el elemento central de Flores Silvestres.
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