Una Scarlett Johanson situada en la serie B el siglo pasado puede ser el único atractivo del film de consumo de Luc Besson que no ceja para conseguir un lugar en la historia del cine francés. Sube o baja el film según quien lo mire cuando el guión pone en contacto a Lucy con Morgan Freeman para 20 años después comenzar a demostrar las teorías de este cientifico sobre los mecanismos del cerebro y rebajando el alucine del guionista que había hecho viajar a nuestra heroína des de los dinosaurios hasta los indios de Nueva York solo con la fuerza de su mente. La telequinesia de la cual le permite igual descargar un revolver o viajar en el tiempo. La taquilla tambien demuestra que el mix de ciencia ficción, thriller y action movie funciona. A lado de la maquina de matar que es Lucy, la Nikita de los 80 es el oso Yogui ya que no estaba dotada de esta mente perversa y hábil a la vez, ni la necesitaba. Habilidad que hubiera necesitado el guión para no ser tan atolondrado, para justificar algún personaje inútil y dar credulidad a ciertas actuaciones en los minutos finales de los 89 que dura el convertir un stock de coches en un cementerio de reciclaje. Como si se hubiera tomado la droga que lleva Lucy en su cuerpo, Besson intenta lograr tambien el 100% de su capacidad de realización después de que al realizar Malavita dijo que no lo probaria mas. Choi-Min -Sik y Amr Waked se dejan ver.
martes, 26 de agosto de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario