Una afilada critica al mundo de Hollywood de parte de Ari Folman que pierde su precisión hacia el final desvelando un mundo que tampoco volverá como tantos.Un mundo dominado por la industria farmaceutica, mediante la cual, con una pastilla puedes imaginar una película de tu actor/actriz preferido. La novela de Stanislaw Lem Congreso de futurologia (1969), obliga a la magnifica y humana Robin Wright a escanearse, convertirse en stop motion y ser una copia estándar al servicio de sus estudios cinematográficos. Cine de ensueño, ciencia ficción, drama, esta segunda parte con apariciones estelares de miembros competentes del star system en diferentes épocas con la amenaza latente de perder la bella humanidad de los actores en este caso. El drama de interpretarse asi misma pasados los 40 años es el eje del film del director israelita (Vals con Bashir, sobre la matanza en Libia de palestinos en 1982) y que llega al paroxismo de que la propias entrevistas de la actriz en promoción también son digitalizadas informaticamente. Lo mismo ocurre a Harvey Keitel, Danny Houston, Paul Giamati y Frances Fisher. Kerry Conran ya incluyo en el reparto de Sky Captain a Lawrence Olivier digitalizado, fallecido 15 años antes. En el film hay claros homenajes a Kubrick y Leone,
domingo, 31 de agosto de 2014
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