Entre las cosas que le
diría con solo mirarla a Rodrigo
Garcia de su
película es que recibe una mayor
atención mediatica por ser quien es, merecida en esta ocasion. Se centra
aquí en un terrible suceso acaecido en la adolescencia de
Annette Benning. Magnifica en sus 50 años, cuida de su madre y trabaja de terapeuta, recordando que a los 14 años la obligaron a entregar en
adopción irrecuperable a su hija.
En la misma ciudad, aquella niña,
Naomi Watts, es una
fría abogada de
éxito con una dura
relación con su jefe
Samuel L
Jackson. Las heridas
psiquicas en estos dos seres de superar la verdad son
traumáticos y de gran
sensibilidad, aportan
emoción y mensajes inolvidables.
Analiza solo tres vidas, no nueve, con Kerry Washington, con un tema tan vital como la maternidad no permitida, agravada con la ausencia permanente de la posibilidad de conocerse.
Un universo el femenino, que el vástago de Garcia Marquez siempre ha tratado con especial delicadeza. Unas vidas sin destinos que se crucen y en las que los hombres son meras sombras. Unas mujeres que no nacen sino que,con lucha, llegan a serlo.
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