La paternidad curiosamente, acaba con el héroe de las trompetillas en las orejas. Su permanente sonrisa, su cambiar pañales, su mantener la familia unida, diluye la acción y la aventura, el humor y el dinamismo digital en un mensaje bondadoso y ramplón. Una formula, que en su cuarta carrera, entra en el paddock para el desguace.
lunes, 12 de julio de 2010
Shrek, felices para siempre
Ni con el flautista de Hamelin tocando eternamente sobre un patín de ratón y una flauta mecánica muy original, podría alargar Mike Mitchell la agonía argumental de nuestro simpático y bonachón ogro verde. Por eso tiene que echar mano del Gato con Botas (Antonio Banderas) para consegir unos minutos mas de espectáculo aunque pierda el duelo son otras sagas mas entretenidas.
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