Y un asesinato. Es lo que ha cometido Takashi Miike con el cine tradicional japones y universal desde la primera secuencia, un harakiri visto desde el rostro de dolor de quien lo practica aderezado con los chillidos metalicos de la banda sonora.. O el sadismo satanico del malvado, quien despues de una matanza, muestra su obra preferida, una mujer anorexica sin extremidades ni lengua. Película rio de sangre que se supone que nace en las fuentes de los siete samurais.Mitica epopeya de la era Meiji, en la que un veterano recluta a 12 guerreros para enfrentarse a un cruel señor de la guerra con miles de legionarios que repudiaria el propio Kurosawa. Agotador cine fisico de coreografia, que en sus ultimos 45 minutos de batallas puede inducir al maestro y sabio espectador a practicarse el mismo el inicial harakiri.
sábado, 13 de agosto de 2011
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