Eleva el nivel el danés Lars Von Trier al cerrar la llamada trilogía de la depresión, con Anticristo, Melancolía y esta tercera/cuarta parte.Una mujer madura, que ha recibido una paliza, le cuenta en una fría noche al poco paciente Stellan Skarsgard su vida de ninfomana. El hecho es que se repite sin novedad la primera parte, aumentando la dureza, la critica política, la insatisfaccion del sexo y el castigo social por ello. No ha sido Lars quien ha dejado para esta segunda parte la revelación del agresor sino la exhibicion que no habría tenido ninguna perdida económica si la hubiera proyectado en su totalidad dado el carácter de la obra.La atrocidad del corte cinematográfico no nos hace perder el hilo del buen hacer de Charlotte Gainsbourg, Shia LaBeouf, o Uma Thurman y Stacy Marttin.En consecuencia el comentario debe ser el mismo que en la primera parte. Reflexiones sobre el arte, la religion, la música y la sociedad aderezadas con tintes pornográficos. Es otra manía que en taquilla funciona.
domingo, 26 de enero de 2014
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