lunes, 26 de mayo de 2014

Grace de Monaco

Esto es cine. No se puede volver a tener a la diva en vivo. Como ocurrió con Lady Di, esto genera un rechazo al film que es lo que es: un buen biopic con una actriz que todavía podemos disfrutar. No lo pudo hacer tampoco Hitchcock que no pudo repetir su Rebccca en Marnie. Y todavía tiene tiempo Oliver Dahan (La vida en Rosa) a referirse a la grave crisis del 62 entre Monaco y De Gold. Grace Patricia Kelly dejo un poco prematuramente su carrera, un poco para demostrar su independencia a su aposentada familia. Nacida en Philadelphia de padre irlandés que se hizo de oro fabricando ladrillos, pudo soportar el duro aprendizaje en la corte monegasca, a lo que no ayudo nada la envidiosa princesa Antonieta, columna vertebral del film. Su boda con Rainero quizá sin amor, a quien conoció rodando Atrapa a un ladrón, aumento la fama de esta amante empedernida dejando de lado la carrera iniciada con el Oscar de 1955 por La angustia de vivir.  Inspirada en la biografia de Robert Lacey, que contribuyo al mito con documentos aportados entre 1929 i 1982, con cartas con definiciones sobre su estancia en Monaco como "paralizante y moribunda". El rosa film, lo deja todo en manos del supuesto amor de la princesa americana por Rainero III, interpretado por un poco convencido de ello Tim Roth y el amor a sus hijos. Completan la corte Paz Vega (Gran Callas), Frank Langella y Derek Jacobi. Uno de los problemas del film fue como ocurre algunas veces que el productor quiere hacer de montador. Y pasa lo mismo que cuando una actriz quiere ser princesa. Que no.

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