Como es posible que cuando con misiles contra aviones comerciales de 300 en 300, se realice una película cuyo argumento, es un decir, es legalizar el crimen durante toda una noche.Las explicaciones geopolíticas son inexistentes, las sociales absurdas y las morales nada convincentes. Ni tan siquiera las hedonistas como el placer de ver correr sangre son sostenibles. James de Monaco saltándose toda ética de todo tipo sabe como buen artesano que es mantener la tensión y rodar bien la acción cuando la hay. Segunda visita a la Norteamerica del futuro después de su imprevisible éxito de The purge. Se prestan a la escabechina Frank Grillo y Carmen Ejogo.
viernes, 25 de julio de 2014
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