Calvary

John McDonagh (El irlandés), y su actor fetiche Brendan Gleeson, retratan una pequeña localidad gaélica, en un film a la vez divertido y dramático. La afabilidad y la templanza coexisten con el whisky y la rabia mas profunda, carácter del que participaran una prostituta, un terrateniente, un escritor, un joven solitario, el carnicero o la hija del mismo cura, interpretados con rigor irlandés por Kelly Reilly, Chris O.'Dowd, Aidan Gillen entre otros, reforzados con unos diálogos potentes, ingeniosos y bien insertados en la trama. Esta transcurre alrededor de un párroco de la población irlandesa, admirado y odiado al mismo tiempo por sus filigreses. Se inicia el film con una amenaza de muerte en el confesionario, anunciándole el sitio y la hora del asesinato. El homicidio tendrá lugar en venganza por los abusos sexuales padecidos por el penitente a manos de un anterior sacerdote. Y aquí empieza la intriga al no conocer el espectador el futuro asesino, en un film que cuestiona el costumbrismo mas recalcitrante.