El propio David Cronenberg asegura que su film no es una sátira sobre el Hollywood crepuscular ni sobre su inconsistencia moral. Queda pues en un muestrario de papas ricos e hijos malcriados en un mal guión de Bruce Wagner. Y también porque la mirada de Cronenberg es por una vez desinteresada, vacía y helada olvidando la esencia del cine. Film coral en el que salen todos los personajes del arca. El adolescente, el drogadicto, el chofer con aspiraciones, un encantador de serpientes televisivo, curandero de espíritus, asistentes de rodaje, en una exposición de cadáveres psicológicos con la que no emulara a sus predecesores y sus imperecederas obras. Personajes superficiales, de un mundo que Cronenberg parece desconocer y que interpretan Juliann Moore, convincente admitiendo su declive físico en el film y premiada en Cannes, Mia Wasikowska, Robert Pattison, John Cusack y Olivia Williams, que han podido subirse al proyecto después de ocho año de espera y cambios. El director del músculo en el cerebro, prepara sus films como si no quisiera ser comprendido. A lo largo de su filmografia nunca se ha esforzado para que el espectador le comprenda. Y no parece preocuparle esta "tragedia".
martes, 10 de marzo de 2015
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