Un hálito shakesperiano recorre toda la cinta especialmente diferente en algunas escenas de gran altura interpretativa y que la sitúan con personalidad en un nuevo espacio de la animación. Esta tiene momentos memorables como las lagartijas y los ratones en la secuencia de la calabaza transformada en carroza. Competir con el dibujo animado de Disney siempre ha sido complicado para los actores, en este caso Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Richard Madden, Derek Jacobi , Lily James,, Holliday Granger y Ben Chaplin a los que Keneth Branagh mantiene en un buen tono. El consigue que el film sea moderno, al mismo tiempo que romántico, sin perder la esencia del original de 1950. Primero se llora la muerte de la madre, para despues lograr la felicidad principesca con el recuerdo. Se mueve el director en la cuerda floja del esteticismo y el divertimento, entre el toque literario y los cánones formales. Dota a la narración de Charles Perrault del erotismo exacto que pueda tener una ficción para todos los publicos sin entrar en moralismos innecesarios e inocentes. Brannagh, hoy mercenario, revitaliza el genero con mucha profesionalidad.
domingo, 29 de marzo de 2015
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