Convertido en el alter ego de si mismo, Pedro Almodovar, antaño aclamado director, Salvador Mallo, vive ahora su ocaso. Esta situación le lleva a reencontrarse, a veces en persona, a veces en forma de recuerdos, con su pasado: esos años 60 en los que se mudo con su familia a Paterna, época de deseos incipientes; su primer gran amor adulto, que terminó antes de tiempo allá por los 80; la escritura como terapia y el descubrimiento del cine, así como el vacío por la incapacidad de rodar más. En la necesidad de narrar todo aquello encontrará la salvación. De esta forma repasa su filmografia con cuidadoso detalle. En el aspecto fisica se apoya en Antonio Banderas en una memorable interpretacion. Considerada por el propio cineasta como la más personal de su filmografía. En esta ocasión, dos hombres son los protagonistas de una historia donde el genio manchego desnuda inquietudes e inseguridades y exorciza sus propios fantasmas personales a través de un film sobre la creación, tanto cinematográfica y teatral, y su importancia capital en la propia vida. Pasado y presente se fusionan en un baile temporal donde géneros, tonos y épocas se entremezclan en una película que se acerca tanto al costumbrismo de los años 60 como al estallido pop de los 80. Un guion de hierro que fuerza sus lineas para que todas las anteriores películas quepan en este retrato autobiografico, reune de una carrera a veces brillante.. Como el inesperado final que marca las altas cotas de un artista diferente. Actor fetiche del director, Antonio Banderas (Como la vida misma) hace las veces de su alter ego, un realizador en el ocaso de su carrera que, en la necesidad de narrar sus deseos, romances, relaciones familiares (sobre todo con su madre) y circunstancias que le marcaron años atrás, encuentra la forma de redimirse. El dolor se lo producen no solamente partes de sus cuerpo sino tambien de su alma, deseos, amores, sensaciones y emociones psicologicas. Con su depurada tecnica puede llevar detalles a iconos importantes como el mobil o el huevo de madera de su madre para coser calcetines. Un flash back de 50 años. No hay gloria sin dolor?. La apuesta del oscarizado director (Pedro!!!!!!!!!!) parece ser que no. Que el dolor es tanto y tan duradero que no puedes alcanzar la gloria por una terrible depresion. Le acompañan en esta carta de amor al séptimo arte y quinta esencia del cine almodovariano Asier Etxeandía (La novia ) y Leonardo Sbaraglia (El desentierro ), Penélope Cruz (Todos lo saben) y Julieta Serrano (El aviso) en roles secundarios imprescindibles.
domingo, 24 de marzo de 2019
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