sábado, 13 de noviembre de 2010

Aita

El film de Jose Maria de Orbe, después de La linea recta, cuenta con tres buenos momentos y un final antológico. Cine vasco, viejo y quemado, de filmoteca, con excelentes composiciones de Jimmy Gimferrer, mejor iluminacion de recovecos y escaleras y atmósfera a pesar de la oscuridad. Actores no profesionales, la frescura de Luis Pescador y Mikel Goenaga mitigan la lentitud de la acción y activan los sentidos cinematográficos. Sin trama, Orbe nos abre su casa señorial de San Sebastian, que heredada, vacía y en ruinas, se mantiene vigilada y visitada por escuelas, fantasmas y el cura local según el guionista Daniel V. Villamediana. Otro producto de la factoría Luis Miñarro, que comparte con sus directores, el silencio, el tiempo, la serenidad, la contemplación mística y todo el minimalismo de un cine contemporáneo.

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