Poca inspiración la que ha proporcionado este caso verídico de espionaje a Gary McKendry.Pronto abandona la tradicional narrativa del genero para entregarse al mamporro y tente tieso, llamese acción diversa y dispersa. Pero lo deja en buenas manos, piernas o caras. Las de Jason Statham, cada día mejor actor, Clive Owen, cada día mas Bond y Robert de Niro, cada día mas el e indispensable para el enfrentamiento a dos bandas, o Dominic Purcell, cuerpo esencial de una ambigua ley ética. Situado el film en la guerra fría, es aceptable en cuanto a su suciedad. La de unos mercenarios que no se hacen preguntas y unos servicios secretos aéreos británicos ineptos que provocan la venganza de un jeque árabe que perdió a 3 hijos a manos del SAS.
sábado, 19 de noviembre de 2011
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