En ningún momento, Mohamed Hamidi, plantea el tema en profundidad. Utiliza el regreso de este joven francés argelino a su tierra para evitar la venta de su casa familiar, para hacer un homenaje a sus colores, olores, costumbres y paisajes sin afrontar un solo problema, sentimental, político o dramático. Y no digamos la inmigración, el terrorismo o la religión. Filme rodado en Marruecos por seguridad reafirma la incomprensión del sentido de la obra como la que sienten mutuamente Francia y Algeria, mediterrraneos ellos. Un doblaje lamentable tipo Cruz y Raya, ridiculizan que el joven no hable la lengua árabe con una interpretación sesgada a cargo de TewfikJallab, Jamel Debbouze, Fatsah Bouyahmed y Abdelkader Secteur.
lunes, 23 de diciembre de 2013
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