Matthew Heineman obvia el triangulo Siria, Iran, Libia intentar comprender que sucede, y lo deja en los ojos de Marie Covin, muerta en combate en Homs el 2012. Sin entrar tampoco en la vida interior de la arriesgada fotoperiodista, nos cuenta on detalle todas las batallas , escaramuzas y bombardeos a los que acudia casi antes de que se produjeran. Heroina imprudente, el film la dela igual, sin darle el punto epico que quiza merecia, o no. La adicta al peligro esta interpretada por Rosalind Pike, que logra transmitirnos tambien ademas de su adiccion, el miedo. Mujer complicada en las redacciones de los periodicos en los que trabajaba, especialmente con sus directores, pero que le perdonaban todo por sus articulos, de gran calidad y actualidad y que denotaban la excitacion de adrenalina que le habia supuesto su redaccion. Deja tambien Heineman espaciio para que la corresponsal, en sus momentos de descanso pueda comentar sus traumas y escoger a sus amantes, con unos dialogos que se evideca que no los ha escrito ella. Formado en el documental, las secuencias belicas sostiene un verismo y un relato muy interesante. Son como otros ojos aparte de los de la potente camara de la protagonista. Bebedora insaciable, este biopic ha perdido la oportunidad de ser importante solo con un poco mas. Lo que ponia esta periodista londinense que llenaba el Sunday Times de carne abierta en canal sangrante con despojos, en los conflictos belicos de Sri Lanka por ejemplo. La siguen, siempre unos metros mas atras Jamie Dorman, Greg Wise, Tom Hollander, y un especial marido, el siempre solido Stanley Tucci,
miércoles, 5 de junio de 2019
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