El otro hijo (Le fils de l'autre, Francia/2013). de Lorraine Lévy con Emmanuelle Devos, Pascal Elbé, Jules Sitruk, Mehdi Dehbi, Areen Omari..
Filmada como una tesis para demostrar una relación universal complicada, parte del film también estrenado recientemente, De tal padre tal hijo. pero aquí la moraleja tiene alcances sociopolíticos y religiosos en función del conflicto palestino-israelí. Y allí donde surge la alegoría es donde el conflicto íntimo se resiente. De todas maneras, hay que aclarar de entrada que la directora Lorraine Lévy (Mes amis, mes amours y La première fois que j'ai eu 20 ans) maneja la cuestión con bastante elegancia y recato, sin caer en el drama de las familias rotas por decirlo de alguna manera, es un poco complaciente y concesiva en aras de los valores humanos universales.
El error del hospital se conoce aquí al principio de la trama: Joseph, el presunto hijo judío de un matrimonio formado por un coronel israelí y una médica de origen francés, se hace la revisión médica para cumplir con su servicio militar, pero su examen de sangre no es compatible con los datos genéticos de su padre. Es, en verdad, hijo de una pareja palestina, cuyo supuesto hijo (que en verdad no es palestino sino judío) regresa luego de haber estudiado en París. Y allí arranca una larga serie de enredos y confesiones, peleas y reconciliaciones, (re)descubrimientos y nuevas relaciones. La película se sigue con interés y sin dificultad, pero también es cierto que uno puede adivinar (casi) todo lo que irá ocurriendo y esa previsibilidad, esa falta de sorpresa, termina conspirando contra el resultado final.
El error del hospital se conoce aquí al principio de la trama: Joseph, el presunto hijo judío de un matrimonio formado por un coronel israelí y una médica de origen francés, se hace la revisión médica para cumplir con su servicio militar, pero su examen de sangre no es compatible con los datos genéticos de su padre. Es, en verdad, hijo de una pareja palestina, cuyo supuesto hijo (que en verdad no es palestino sino judío) regresa luego de haber estudiado en París. Y allí arranca una larga serie de enredos y confesiones, peleas y reconciliaciones, (re)descubrimientos y nuevas relaciones. La película se sigue con interés y sin dificultad, pero también es cierto que uno puede adivinar (casi) todo lo que irá ocurriendo y esa previsibilidad, esa falta de sorpresa, termina conspirando contra el resultado final.
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