De vez en cuando, en su filmografia, Ventura Pons visita "monstruos". Lo hizo con Ocaña, con Gato Perez y ahora no descubre un excesivo y fatigoso personaje Ignasi Millet. Aunque lo monta en plan Caricias, el filme docudrama es una agria reflexion sobre los tiempos que no volverán. Este restaurador de arte, musicólogo, seropositivo, fotógrafo y con casi 30 pastillas al día, esta arruinado junto a su mujer paralitica, sus dos hijos en Londres uno evangelista, sus padres, uno suicida, separados era el mejor cierre que podía encontrar Ventura a sus 25 filmes. Ignasi no actúa, es el, como casi la mayoría de entrevistados.Como en otros casos, la ironía es la mejor ficción y el protagonista siempre tiene un pie en la fantasía. Independentista arruinado, pone unas notas de libertad en el espacio urbano donde lo retrata a sus anchas el director.Podía haber sido un "30 minuts" pero son 87.
domingo, 2 de febrero de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario