Por la distancia, por la libertad e los protagonistas, por la falta de juicio y su pedanteria oculta, Gianfranco Rosi,en su cuarto documental, podría estar entre los grandes documentalistas del momento. Pero su objetividad es artificiosa y se acerca mas a un reportaje televisivo cuya obtención del León de Oro de Venecia 2013, concedido por Bertolucci el provocador, es a todas luces excesivo. Con el neorrealismo por bandera nos introduce en las desigualdades sociales preferentemente urbanas con un ritmo narrativo discontinuo y superficial. Alrededor de GRA (Grande Raccordo Anulare) que es el cinturón de ronda de Roma,se instala durante ocho meses y visitamos diferentes personajes como el aristócrata que alquila su mansión para realizar una foto novela, el pescador de anguilas, prostitutas transexuales o un biólogo que trata de evitar la plaga del escarabajo en las palmeras. Documentos sueltos que intentan explicar la diferencia, el miedo al extranjero, el choque de la biología con el mundo actual sin conseguirlo, al menos en un mismo documental.
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