Ni falta que hacia. Como esta crónica jamas escrita. Luke Evans impone menos que Chiquito. La pasión , el sexo y la sangre que pueden encontrar sus admiradores en Bram Stocker, brillan por su ausencia y en su lugar, interminables combates a cámara lenta, efectos digitales de mercadillo y un montaje incompetente, a mordidas vamos. Gary Shore es el desafortunado realizador que recrea lo que pudo haber sido Dracula antes de ser vampiro o rey de los vampiros. Ha contado además con la trágica presencia de Dominic Cooper que jamas volverá a contar nada parecido. Espero.
lunes, 27 de octubre de 2014
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