La familia

Gustavo Rondon Cordova enfrenta a una sociedad que vive cada dia a procesos  de marginalidad aportando soluciones como minimo emocionales. Rostros anonimos, tanto como las historias que se cuentan de cariz totalmente naturalista. Debut el director venezolano mostrando una relacion paterno filial en un barri obrero de inmigracion. Violencia estructural que se imparte no solo entre los mafiosos sino que implica gente normal del limite ciudadano. Un y su hijo de 12 años, viven en un barrio obrero de Caracas. Su relación no es fácil, pues apenas se ven y el hijo, todavía afectado por la muerte de su madre, pasa la mayor parte del tiempo con sus amigos en la calle, aprendiendo de la violencia que le rodea. Un día hiere gravemente a otro niño. Temeroso de la posible venganza, huyen de su casa en un viaje que demostrará lo descontrolado que está el muchacho, pero que también servirá para unirles como nunca. Con su ópera prima, Gustavo Rondón Córdova ha cosechado premios de la crítica en festivales de todo el mundo, entre ellos citas tan prestigiosas como las de Cannes o San Sebastián, que han provocado que el film sea seleccionado por Venezuela para competir por el Goya a Mejor película Iberoamericana y el Oscar a Mejor película de habla no inglesa. La cinta aborda con dureza y realismo la vida en un barrio obrero de Caracas, donde un padre y su incontrolable hijo adolescente, separados por las obligaciones y la muerte de su madre, luchan por volver a conectar después de que el joven haya cometido un error que le podría costar la vida. Con más energía y nervio que sentimentalismo, el realizador muestra cómo la relación entre los protagonistas evoluciona a través de sus gestos y silencios, ante un panorama dominado por la violencia y la fatalidad que, sin embargo, alberga algo de esperanza al final del camino. Giovanni García (El amparo) y el debutante Reggie Reyes representan la importancia de un vínculo que, de romperse, es capaz de destruir familias y a los miembros que forman parte de ella.