sábado, 13 de julio de 2019

Hamada

Eloi Domínguez Seré explica que “hamada” significa “vacío” o “tierra en la que no hay nada”, y muestra unas imágenes impresionantes del desierto. Con sutileza define el director el tiempo de su documental, sumergiéndose instantáneamente en la atmósfera de un lugar remoto, alejado de todas partes, en el que el tiempo no existe porque no hay nada que hacer". El documental se centra principalmente en la vida que llevan un joven y su hermana en los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental. La región se divide en dos zonas, una “libre” y otra ocupada por Marruecos. Los individuos pasan por delante de la cámara de forma errática, algunos con el sueño de encontrar trabajo, otros con la esperanza de poder ir al continente  europeo donde han oído que se vive mejor. La propuesta de Domínguez Serén es interesante por la empatía que genera por esa región desconocida y por mostrar cómo vive la gente en un lugar tan inhóspito y desalentador, sin ningún futuro por delante y cuya única vía de escape es emigrar. El director acierta al incluir algo de historia del país, con esa lucha contra Marruecos para independizarse y tener un gobierno propio. El film que se hace repetitiva y pierde conviccion a medida que avanzan sus fotogramas algo que es inevitable, dado el tema que se trata y la localización–. Le falta tambien una mayor amplitud politica, para comprender provechando la ocasion para conocer si la vida de estos refugiados es muy diferente a la de los que viven en otras zonas del país, algo que expandiría mucho la perspectiva de la propuesta y permitiría entender cómo ejerce Marruecos el control del país. Pasa por encima del tema de las minas de fosfato y cómo su gestión afecta a estos individuos. A pesar de todo, Hamada es una experiencia. Un documental emocional, empático, y didáctico. Un granito de arena a otra poblacion que lo necesita.

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