El filme de Bryan Singer es lento y farragoso como las relaciones entre el campesino Jack y la Princesa Isabel sin entrar en materia como hizo en Public Acces. Puro cartón y cuarto efectos especiales que pretenden deslumbrar. Ideas fantásticas las hay como la planta que con raíces en la tierra llega donde habitan los gigantes, el puñal que navega por el agua o como ceban al protagonista antes de meterlo en el horno. Otra adaptacion inútil de un cuento tradicional Hans Christian Andersen, que propicia otra empanada de actores solventes como Ewan McGregor, Nicholas Hoult y Eleanor Tomlinson o Bill Nighy y Stanley Tucci o Ian McShane, con Eddie Marsan y con Ewen Bremner. Con tantos o mas lujos de producción que en X Men o Sospechosos habituales y Superman, vuelve a la inexpresividad de Walkiria. Como Jack, Singer ha vendido una vaca por cuatro habichuelas de la suerte que prometen llevar las a las nubes
martes, 19 de marzo de 2013
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