El tema del intercambio de parejas ya se había llevado con anterioridad al cine con películas como "Bob, Carol, Ted and Alice" de Paul Mazursky (1969) o como la reciente "Four Lovers" (2010), en donde se explora la naturaleza de estas actividades destinadas a acabar con la rutina sexual de una pareja, en una forma fresca y libertina de dar emoción a una vida sentimental en común. El realizador argentino Diego Kaplan, muy popular en el ámbito audiovisual bonaerense gracias a la serie televisiva "Son o se hacen" o la comedia "¿Sabés nadar?", encara valientemente, en "Dos más dos", un tema tabú (aún, en cierta manera, estigmatizado social y culturalmente) desde un tono desenfadado de comedia de enredo, en el que a su vez aprovecha para denunciar la falta de aspiraciones y de metas en la burguesía rioplatense, cuya existencia acomodada da lugar al origen de la búsqueda de incentivos emocionales y epicúreos que les haga sentirse jóvenes, a la vez que deseados.
Adrián Suar (El hijo de la novia, Apariencias) junto con Carla Peterson (Medianeras, La ventana),Julieta Díaz (Juan y Eva, Negro Buenos Aires) y Juan Minujín (Guiso de iguana, La plegaria del vidente) son el cuarteto protagonista de nuestra historia que deciden, un día, probar a intercambiar sus respectivas parejas, unos con los otros, dando pie a diversas situaciones: unos verán cómo sus viejos sueños se pueden hacer realidad, otros verán con cierto resquemor como pueden perder lo que más aman y, no por ello, van a tratar de impedir que la relación que mantienen se malogre. Así que "Dos más dos" no introduce en el mundo desconocido del intercambio de parejas con una cara amable que arrancará más de una sonrisa a los espectadores.
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