Synecdoche, New York, es un para la que aún no hay un título estimativo en español (y lo estoy esperando con ansias pa ópera prima deCharlie Kaufman, guionista.
La película fue presentada en Cannes donde fue excelentemente recibida por la crítica, En una narración totalmente desquiciada, caótica y paranóica se nos cuenta la historia de Caden, un director de teatro cuya vida va en picado y como buen artista vive la vida mezclando la realidad con la ficción sin un camino determinado porque su vida es una continua búsqueda de significados. El propio espectador tiene la angustia de tener que buscar como él significados, caminos de entendimiento sobre lo que está pasando, en el camino dan ganas de liberarse, de no seguir... hasta que de pronto llega la revelación.
Si están dispuestos a pasar por la tensión, la tediosidad de no entender dónde se está parado, quién es quién, qué es real y qué es ficción, la película los impactará. Al espectador prolijo, que gusta de una narración más bien cronológica y lineal, abstenerse totalmente porque pasarán las peores 2 horas de sus vidas.
Muy similar a como se nos contó Quieres ser John Malcovich , con idas y venidas, imágenes repetitivas y diálogos banales mezclados con las acotaciones más profundas, este film marea, perturba al mismo tiempo. Ya desde el título que es un juego entre el recurso literario (contar el todo por las partes o viceversa) y Schenectady, situada en New York donde transcurre la historia, se nos explica quizá la esencia de la obra donde la ciudad y el escenario son uno, se mezclan, se definen uno con el otro y nos desubica.
La película fue presentada en Cannes donde fue excelentemente recibida por la crítica, En una narración totalmente desquiciada, caótica y paranóica se nos cuenta la historia de Caden, un director de teatro cuya vida va en picado y como buen artista vive la vida mezclando la realidad con la ficción sin un camino determinado porque su vida es una continua búsqueda de significados. El propio espectador tiene la angustia de tener que buscar como él significados, caminos de entendimiento sobre lo que está pasando, en el camino dan ganas de liberarse, de no seguir... hasta que de pronto llega la revelación.
Si están dispuestos a pasar por la tensión, la tediosidad de no entender dónde se está parado, quién es quién, qué es real y qué es ficción, la película los impactará. Al espectador prolijo, que gusta de una narración más bien cronológica y lineal, abstenerse totalmente porque pasarán las peores 2 horas de sus vidas.
Muy similar a como se nos contó Quieres ser John Malcovich , con idas y venidas, imágenes repetitivas y diálogos banales mezclados con las acotaciones más profundas, este film marea, perturba al mismo tiempo. Ya desde el título que es un juego entre el recurso literario (contar el todo por las partes o viceversa) y Schenectady, situada en New York donde transcurre la historia, se nos explica quizá la esencia de la obra donde la ciudad y el escenario son uno, se mezclan, se definen uno con el otro y nos desubica.
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