Para acercarse a la novela de Boris Vian (1947) , Michael Gondry (Rebobine por favor y La ciencia del sueño) emplea imagenes del sueño, con la mala suerte que se propagan al espectador. Convierte la novela en una coleccion de imagenes sin sentimientos, artificiosas y desconectadas del mundo real, en un intento de hacernos recordar las dos caras de la vida. Carga el film y su historia de amor con melancolía francesa e imaginacion amarga, asediada por las deudas y la mala salud. El giro final hacia la oscuridad y la muerte ya descoloca completamente al espectador que había, jugando, entendido algo. Película cometida, que no realizada, con ideas como el viaje a París en una burbuja en forma de nube, tecnologías futuras como los zapatos que se comportan como perros, bodas submarinas o un piano coctelera. La atmósfera surrealista y los latigazos de jazz, no permiten en ningún momento gozar de la sátira y el mensaje jugueton que tenían las palabras del poeta.Interpretan Romain Duris, Audrey Tatou, Omar Sy y Gad Elmaleh.
viernes, 27 de septiembre de 2013
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