La gente mayor da para mucho cine. Y mas si nos ponen en su decrepitud dorada a Diane Keaton y Morgan Freeman que comparten el placer de envejecer con Cynthia Dixon y Carrie Preston. Richard Loncraine los dirige a todos magníficamente y firma este proceso de envejecimiento tocando de paso los problemas de parejas mixta de color, lo inhóspito de Nueva York y la supervivencia en su gris asfalto. Afronta el film que podía haber sido durisimo con calidez, acariciándolo en su aspereza siendo a la vez tremendamente positivo. Afrontar la madurez sin sorpresas, con prevision, con plan de pensiónes para los gastos de escalera, o mejor todavía, quitar la escalera. Ascensor ya no había.
domingo, 13 de septiembre de 2015
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