viernes, 7 de abril de 2017

Ultimos dias en el desierto

Aproximacion de Rodrigo Garcia a los últimos días de la vida de Jesús, con su familia, sin animo de transgredir ni polemizar, incluso llegando a ser emotivo en algunos pasajes.  Se añade a la calidad del filme, el buen hacer de este Ewan McGregor. Vida cotidiana de una familia centrada básicamente en sus dificultades de comunicacion generacional. El único inconveniente existe si nos planteamos porque se elige un personaje mítico-histórico para hablar de un tema que podía haberse comentado sin necesidad de que el protagonista fuera famoso. Sin citas a  la misa, ni a la religión, todavia sorprende mas su dualidad, o sea que tiene una cara oscura, satánica.   El hijo de Garcia Marquez, maestro en films intimistas (Nueve vidas), pierde un poco la camara en la inmensidad de las dunas. Tras casi cuarenta días de ayuno y oración en el árido e inhóspito desierto, Jesucristo se ve acosado por un enemigo mucho peor que la fatiga y las alucinaciones, provocadas por el hambre y la sed, que convierten cada paso que da en un esfuerzo insoportable. Es el Diablo, que deseoso de provocarle, pondrá ante él todo tipo de tentaciones. A pesar de ello, Jesús, que afronta las últimas y más duras etapas del periplo, se enfrentará a él como prueba definitiva de que su fe es inquebrantable. Rodrigo García (Albert Nobbs) relata el final de los cuarenta días que, según la tradición religiosa, Jesucristo pasó en el desierto. Lo hace desde una perspectiva elegante y sobria, apoyada en la fotografía del oscarizado Emmanuel Lubezki, en la que destaca el lado más humano de un Jesús que tendrá que enfrentarse a las tentaciones del Diablo mientras discute sobre el destino de una familia en crisis. De este modo, García transforma el relato bíblico en una historia en la que, si bien no elude cuestiones espirituales, se centra en las relaciones entre padres e hijos y en cuestiones más terrenales como el respeto, la madurez o el enfrentamiento entre la llamada divina del alma y el deseo individual de realización personal. Ewan McGregor (T2 Trainspotting) aborda uno de sus grandes retos como actor e interpreta al mismo tiempo a Jesús y al Diablo, mientras que Ciarán Hinds (Silencio), Tye Sheridan (X-Men: Apocalipsis) y Ayelet Zurer (Ben-Hur) dan vida a una familia a punto de romperse.

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