sábado, 7 de diciembre de 2019

la hija de un ladron

  •  Desde pequeña, Sara ha tenido que aprender a valerse por sí sola. Con 22 años y un bebé, sueña con tener una vida normal y formar una familia junto al padre del pequeño y su hermano. Todo se complica cuando aparece Manuel, su progenitor, que tras años de ausencia y una larga estancia en la cárcel, ha decidido enmendar sus errores del pasado y retomar el contacto. Sara sabe que Manuel es el gran obstáculo para alcanzar su objetivo, de manera que tomará la difícil decisión de alejarlo de ellos. En 2013, la directora Belén Funes participó en un proyecto rodado en la cárcel de Barcelona donde los reclusos eran los actores. Allí descubrió la historia de un preso y su hija, obligada a vivir en un centro de menores y luego buscarse la vida por sí sola al cumplir la mayoría de edad, porque su padre cumplía condena y, en el exterior, no había nadie para ocuparse de ella. Este desgarrador relato le sirvió como argumento de su primer cortometraje (Sara a la fuga) y, ahora, de su ópera prima para la gran pantalla. A modo de continuación, La hija de un ladrón ahonda en las frágiles relaciones paterno filiales, así como en el daño, a veces irreparable, que los progenitores pueden infligir a su descendencia. A su vez, esta película se convierte en un reflejo de la sociedad española actual, golpeada por una crisis económica que afecta a las clases más humildes de los barrios obreros, para las que alcanzar el ideal de bienestar es poco menos que una utopía. El Goya Eduard Fernández (Mientras dure la guerra) que no aparece hasta bien entrada la mitad del film y su hija Greta Fernández (La enfermedad del domingo) comparten planos por primera vez en este film, premiado en el Festival de San Sebastián, que también cuenta con Àlex Monner (El silencio de la ciudad blanca)

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