lunes, 2 de diciembre de 2019

lavida invisible de euridice gusmao


 El melodrama es la exposición de los sentimientos humanos, y el cine lo importo en su seno,aun que tardara lo suyo en darle el esplendor que merecia. Fue en los años 50 cuando el cineasta estadounidense de origen alemán Douglas Sirk dirigió sus grandes obras maestras, de Escrito sobre el viento, Imitación a La vida y Sólo el cielo lo sabe. Y en este contexto inscribimos a Eurice Gusmao. Karim Aïnouz  consciente de ello quiere ampararse en esta tradicion para llevar su melodramá a lugares nuevos. Su primera película, Madame Satã, ya era un drama de ambientado en los años 30, con lo contravenia las concepciones del género al erigir como protagonista a un joven homosexual. La vida invisible de Eurídice Gusmão se basa en la novela homónima de Martha Batalha, que a su publicación en 2015 se convirtió en todo un best seller en Brasil. La historia se desarrollaba a lo largo de varias décadas, el guionista Murilo Hauser ha optado por un  solo período de tiempo los años 50, cuando el melodrama norteamericano estaba las por viudas ricas, actrices en paro y secretarias envueltas en triángulos amorosos, mientras que Río de Janeiro era algo diferente. Batalha articuló La vida invisible de Eurídice Gusmão como una reflexión sobre el Brasil machista que siempre había oprimido a sus mujeres. Aïnouz ha afinado el discurso aún más, y como un diálogo constante entre las diferentes formas lúdicas e hiperbólicas propias del melodrama mas clásico sus culebrones brasileños—, y la cruda realidad.
Esa invisibilización que describía Batalha da todo un género y un modo de entender el cine, acentuando la denuncia desde el propio medio. Porque, para empezar, este melodrama no se centra en el romance atormentado de un hombre y una mujer. Porque, en realidad, esta es la historia de dos hermanas. La secuencia con la que comienza es una declaracion de las intenciones de Karim Aïnouz. En un paisaje tropical de natural belleza Eurídice y Guida, interpretadas por Carol Duarte y Julia Stockler, van internándose entre la vegetación mientras suena constante el murmullo del agua, deslizándose entre las hojas o discurriendo por un riachuelo. Sin música de ningún tipo, sumerge al espectador hasta que ocurre lo peor. Eurídice y Guida se pierden. El sonido de las aguas se conviert en los gritos de las hermanas llamándose la una a la otra, adentrándose en la jungla, y con la sensación de que no se van a encontrar. Que esa jungla de colores y sonidos se ha convertido en una jaula que su separación sea definitiva. Que momento, estén solas. Dejando la metafora de la jungla atrás, descubremos el dia a dia de dos jovenes, de 18 y 20 años cada una. Eurídice es una estudiante de piano que sueña con tocar en el conservatorio de Viena. Guida tiene ambiciones mucho menores ,reducidas a extraer de la vida todo el disfrute y son más desafiantes que las de su hermana. Bajo de paraguas de una familia tradicional,con un padre (António Fonseca) obsesionado con mantener una imagen de orden, en la que no encajan las aspiraciones de Guida de salir y conocer chicos.o de un ambiente tan claustrofóbico, Eurídice y Guida han desarrollado una estrecha relación según la cual apoyan los deseos de la otra, y se convencen de que son los únicos posibles en un mundo justo. Guida piensa que Eurídice es la mejor pianista; Eurídice piensa que Guida se merece ser feliz. Ambas creencias pronto se verán aplastadas. Guida conocerá a un marinero, tendrá un hijo con él y abandonará a su familia. Eurídice se verá envuelta en un matrimonio con un hombre al que no ama y que no entiende que quiera estudiar música sino que también la utiliza de manera violenta para satisfacer sus deseos sexuales. Las dos hermanas se verán separadas,y a pasar el resto de su vida buscándose. Es esta busqueda, con  sentimientos, traiciones y tristeza, con la que Aïnouz conducirá el film a unos escenarios de crudeza y de belleza mortecina. Su retrato del sufrimiento femenino —premio Un Certain Regard en el Festival de Cannes, mar de plata, Valladolid y independent Spirit— no busca la compasión como la rabia, con que identifica unos culpables muy claros. Son Fernando Montenegro, Carol Duarte, Gregorio Duvivier, Cristina Pereira o Favio Bauraqui.

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