- Después de un fatídico error, un asesino se enfrenta a sus jefes y a sí mismo en una persecución internacional que, según él, no es personal.
- Dos horas de adrenalina, psicología y angustia: ha vuelto David Fincher. Todo magnético. "Fincher eleva la 'ética' de matar a la categoría de axioma. El director reconstruye el género de venganza con la fiebre y precisión de una bomba de relojería suiza. La película se convierte en un ensayo sobre su propio cine , esas “Notas sobre el cinematógrafo” filmadas por alguien para el que rodar y montar es como una operación a vida o muerte. Impecable 'The Killer'. con la uqe el director confirma, tras su paso por Venecia, que es uno de los grandes con un thriller donde vuelve a mirar a un psicópata, pero esta vez desde su propia cabeza en un filme brillante.
- Resulta previsible pero también apasionante, gracias a la variedad y el toque de distinción de los que el director dota cada una de las sucesivas escenas de crímenes, la deslumbrante claridad con la que narra y su perfecto sentido del ritmo, Fincher elabora uno de sus trabajos más precisos y rigurosos, aunque su mirada de cineasta-samurái también tiembla cuando el romanticismo asoma por el relato. Es mucho más compleja de lo que aparentemente parece. No es un solo un thriller sobre un asesino que busca venganza. Es el retrato de un mundo que está en decadencia, pero que no tiene una utopía en la que creer para el futuro.
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