Tom Tykwer ha colocado en una cama con precisión alemana a Sophie Rois, Sebastian Schippe y David Striesow. La mítica veterana Angela Winkler parece no entrar de momento en la filosofía de la liberación sexual sugerida des del primer plano por una voz en off. Pretenciosa película, excelente formalmente tanto en la estética como en la interpretación. Melodrama costumbrista de un matrimonio feliz, aburrido y acomodado que camina a tumba abierta a la rotura institucional. La solución del film, un bello bisexual que los seducira a los dos de forma consciente y sabiendo muy bien donde se mete. Con el ritmo ágil de Corre, Lola corre, Mortalmente María, y Soñadores, Tykwer sigue tan vulgar como en El perfume o The internacional, donde otra vez domina la producción, los superefectos y la falta de espontaneidad. Un triángulo que expone poco de las emociones nuevas que recorren nuestro tiempo a la deriva.
miércoles, 15 de febrero de 2012
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