Se acaba de estrenar esta semana la película Viene una chica, del director Chema Sarmiento. Rodada en tres semanas en escenarios de la capital leonesa, como la estación de Feve, el casco histórico, la iglesia de Renueva, la Catedral, la sede de Amidown y algunos comercios del centro.
“La gente piensa que íbamos a hacer un documental pero es una comedia y los Down están interpretando” dice Sarmiento sobre la película. “Las situaciones de humor no son porque sean Down sino porque lo son en el guión. Es una historia de anécdotas, peripecias, sin confusión posible. Son las historias de un joven al que las cosas que le pasan le van a poner al nivel de los demás, como a cualquier persona.”
La película se había presentado en octubre en la Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladolid) y, aunque el Festival de Cine de Valladolid no la admitiera a competición, lo que les privó de estar en el palmarés de los premios que otorga el público, fue una de las cintas más emblemática del festival. De hecho, visto el interés que la película suscitó se proyectó en una sala mayor que la inicialmente prevista.
Para la asociación Amidown León, 14 de cuyos jóvenes participan en el filme, están siendo unos días muy especiales: ha sido una demostración más de que a las personas con síndrome de Down no hay reto que se les ponga por delante.
José María Cortes, vicepresidente de la asociación, que se volcó desde el principio con la película, manifestó su gratitud con el equipo del filme, “porque trataron a nuestros hijos como a cualquier chico más. No es una película que trata del síndrome de Down, sino que algunos de los actores que trabajan en ella tienen síndrome de Down. Nuestro agradecimiento a Chema Sarmiento será eterno”.
En opinión de los jóvenes actores, que explicaron que se presentaron al casting casi por casualidad, "la experiencia de hacer la película ha resultado maravillosa”.
Para los responsables de Amidown ha sido un orgullo el trabajo realizado porque"para la Asociación supone la culminación realizado y la demostración de que los chicos tienen muchas habilidades, pues no es fácil interpretar un guión, así que es un reto conseguido".
Además, es importante porque "para la Asociación supone salir al aire" y para la imagen que intentan proyectar a la sociedad, que así "verá que los chavales con síndrome de Down pueden participar no como actores secundarios, sino como protagonistas, en una película o en cualquier trabajo".
Las miras de Viene una chica son altas. Ahora están con la vista puesta en los Goya. El equipo del filme espera que al menos la Academia de Cine reconozca con el premio de mejor actor revelación a Borja González Carpintero, el joven burgalés de 17 años con síndrome de Down que aparece los 84 minutos de la cinta. El director de la película afirma que su papel es “absolutamente clave ya que él es el que articula todo”.
Borja trabajó todos los días del rodaje y alguna noche, mientras los demás lo hicieron tres o cuatro días. Sarmiento buscaba “que diera bien y tuviera 'feeling'. Que la gente le viera y se pudiera decir ¡qué chavalillo, qué encanto! Y no se le ha subido la cosa para nada. Está viviendo esta experiencia con una tranquilidad y una serenidad enormes”.
“La gente piensa que íbamos a hacer un documental pero es una comedia y los Down están interpretando” dice Sarmiento sobre la película. “Las situaciones de humor no son porque sean Down sino porque lo son en el guión. Es una historia de anécdotas, peripecias, sin confusión posible. Son las historias de un joven al que las cosas que le pasan le van a poner al nivel de los demás, como a cualquier persona.”
La película se había presentado en octubre en la Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladolid) y, aunque el Festival de Cine de Valladolid no la admitiera a competición, lo que les privó de estar en el palmarés de los premios que otorga el público, fue una de las cintas más emblemática del festival. De hecho, visto el interés que la película suscitó se proyectó en una sala mayor que la inicialmente prevista.
Para la asociación Amidown León, 14 de cuyos jóvenes participan en el filme, están siendo unos días muy especiales: ha sido una demostración más de que a las personas con síndrome de Down no hay reto que se les ponga por delante.
José María Cortes, vicepresidente de la asociación, que se volcó desde el principio con la película, manifestó su gratitud con el equipo del filme, “porque trataron a nuestros hijos como a cualquier chico más. No es una película que trata del síndrome de Down, sino que algunos de los actores que trabajan en ella tienen síndrome de Down. Nuestro agradecimiento a Chema Sarmiento será eterno”.
En opinión de los jóvenes actores, que explicaron que se presentaron al casting casi por casualidad, "la experiencia de hacer la película ha resultado maravillosa”.
Para los responsables de Amidown ha sido un orgullo el trabajo realizado porque"para la Asociación supone la culminación realizado y la demostración de que los chicos tienen muchas habilidades, pues no es fácil interpretar un guión, así que es un reto conseguido".
Además, es importante porque "para la Asociación supone salir al aire" y para la imagen que intentan proyectar a la sociedad, que así "verá que los chavales con síndrome de Down pueden participar no como actores secundarios, sino como protagonistas, en una película o en cualquier trabajo".
Las miras de Viene una chica son altas. Ahora están con la vista puesta en los Goya. El equipo del filme espera que al menos la Academia de Cine reconozca con el premio de mejor actor revelación a Borja González Carpintero, el joven burgalés de 17 años con síndrome de Down que aparece los 84 minutos de la cinta. El director de la película afirma que su papel es “absolutamente clave ya que él es el que articula todo”.
Borja trabajó todos los días del rodaje y alguna noche, mientras los demás lo hicieron tres o cuatro días. Sarmiento buscaba “que diera bien y tuviera 'feeling'. Que la gente le viera y se pudiera decir ¡qué chavalillo, qué encanto! Y no se le ha subido la cosa para nada. Está viviendo esta experiencia con una tranquilidad y una serenidad enormes”.
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